martes, 22 de diciembre de 2009

Y es tan lógico, es tan lógico, la vida es así... es muy lógico.

Y hoy...
Vuelvo de Madrid. Ya he vuelto, de hecho. Se acabo el estar esperando a que el semáforo se pusiera en verde, con un paraguas estampado en marrones en la mano izquierda, las botas de cuero negras, con demasiado tacón (todos dicen eso, menos yo) puestas, y mi abrigo azul calándose. Eso no lo echo de menos. Echo de menos la Gran Vía a las tres de la mañana, el ajetreo de Sol un domingo a mediodía, comer a las cuatro porque no hay mesas en el restaurante argentino hasta esa hora. Qué se le va a hacer, en casa tampoco se está mal.
Pero bueno, llega la temida, la... ufff, la Navidad. Temo la cena de Nochebuena en casa de mi abuela. Normalmente, asistimos a la cena:
-mi abuela
-mi tía M.
-mis tíos los de Salou y mis primos (N. y H.)
-mis tíos los de Valencia y mis primos (P. y E.)
-mi tio C.
-obviamente, mis padres y yo
Bien, de esta lista, no soportamos a los de Valencia, y este año, tanto mis tíos los de Salou (e hijos) como mi tío C. no vienen. Va a ser temible, pero tenemos cierta organización en la mesa para que mi tío de Valencia no se sienta cerca de nosotros. ¡Brillante!
Anyway, pongamos que hablo de Madrid: fuimos a ver un musical. *Redoble de tambores* Chicago. Pas mal, decepcionante. Demasiadas buenas críticas, interpretación de Roxie Hart tambaleante, crisis de dicción, Natalia Millán magnífica.
Ciao, ciao.

1 comentario:

  1. ¿Redoble de tambores? Eso me suena ;)

    Cuídate Ellie y suerte con los de Valencia.

    Unbesako, Siko.

    ResponderEliminar

Coméntame, ¡¡o te juro que te dejo más pérdido que los de Lost!!